Cuando le decimos a nuestro hijo “no llores, eso es de niñas” o cuando a nuestra hija la vestimos de rosa y le decimos “ten cuidado, no te manches, las niñas tienen que ser coquetas, no marimachos”.
¿Qué mensajes les estamos transmitiendo? ¿De verdad creemos que les estamos dando la misma educación, las mismas oportunidades? ¿O acaso, les estamos determinando para que limiten sus movimientos, sus emociones?