FUENTE: DEIA 8-03-2009
Maite Canal Iglesias-Alderdi Feminista
El concepto de crisis no alcanza a explicar el momento que estamos viviendo. La situación actual es una nueva demostración de que el devenir de la sociedad a nivel mundial está regido por el valor económico como criterio prioritario al que se subordinan tiránicamente y, por la fuerza, todos los demás valores potenciadores de desarrollo humano.
La irresponsabilidad ante el mantenimiento de la vida, ante la conservación del planeta y ante la búsqueda de una calidad positiva de vida para todas las personas, está siendo transmitida en el relato de esta crisis, como una continuación de la irresponsabilidad que muestran los hombres que dirigen los destinos de los pueblos de Oriente y de Occidente, en su gestión económica, social y política cotidiana. Ellos, como interesados en el mantenimiento de este orden mundial, siguen empleando como medio la violencia o imposición. Están poniendo las bases para la insolidaridad entre hombres y mujeres, entre las personas de diversas etnias, culturas, entre las personas de distintas edades y entre los pueblos del planeta. Nos ponen difícil el camino de la solidaridad que es la única solución, a la que también muchas personas del mundo aspiramos.
Para hacer frente a estos valores patriarcales afirmamos que el feminismo aporta una nueva propuesta de justicia global a las mujeres y a los hombres, porque exige criterios de racionalidad (de desarrollo humano), dignidad y justicia para mujeres y hombres y porque lucha desde hace 200 años, por:
-La erradicación de la violencia contra las mujeres.
-Un reparto justo de los bienes económicos entre mujeres y hombres, sin tener en cuenta, el estatus, la etnia, edad…
-Corresponsabilidad en el ámbito doméstico.
-Participación de las mujeres con criterios feministas, en los órganos de decisión política, en los parlamentos, partidos políticos, sindicatos, asociaciones...
-Un sistema de valores que integrando lo positivo de las culturas femenina y masculina colabore al desarrollo ético.
El feminismo apuesta por globalizar la riqueza, el bienestar, la libertad de expresión, la cultura, la eliminación de la lógica de la violencia, el respeto a la voluntad colectiva de los pueblos, la justicia, la solidaridad con las mujeres y hombres de los países empobrecidos, la sabiduría, la ética, la libertad para amar y expresarse sexualmente, el respeto a la diferencia….
Apuesta porque entre todas las personas potenciemos unas condiciones ecológicas, que enriquezcan la vida de las personas, la de los animales y la naturaleza.
Para conseguir esta utopía, posible, el feminismo aporta criterios, propuestas prácticas y caminos nuevos. Sólo nos queda pensar y decidir, si queremos pactar en nuestra vida cotidiana con los valores patriarcales que el actual modelo inhumano de gestión va transmitiendo, o si practicamos desde nuestra libertad otros comportamientos que demuestren que el desarrollo humano de las personas y de los pueblos se construyen desde otros valores, contrarios a éstos.
