MARINA SUBIRATS I MARTORI
Subirats apostó por un cambio radical de socialización, que pasa por dejar de educar a los niños en la necesidad de la violencia y tratar de que los chicos desarrollen actitudes que hasta ahora eran propias de las chicas, como han hecho ellas en estos últimos años. Y esto pasa por poner en marcha la coeducación, "en escuelas mixtas, por supuesto".
La violencia componente central del género masculino: la necesidad de un cambio radical de socialización . La primera parte del título de la conferencia suena fuerte.¿Quiere decir con ello que la violencia es algo propio de los hombres?
En primer lugar hay que diferenciar entre género y sexo. Hay cosas que la naturaleza marca como diferentes entre hombres y mujeres y otras que han sido marcadas por la sociedad y la cultura. Pero hay cosas que las hemos considerado naturales y son culturales. Durante muchos años nos hemos ocupado de analizar a las mujeres y creo que ha llegado el momento de hablar de los hombres. Los hombres, igual que las mujeres, se construyen de una base biológica y otra cultural. Pero mientras la forma de comportarse de las mujeres ha cambiado mucho en los últimos años, la de los hombres muy poco. Por lo que ahora nos encontramos con un desencuentro. Por eso comencé a investigar qué es ser hombre.
¿Y qué descubrió en sus investigaciones?
En el pasado, en sociedades muy pobres en las que la lucha por la vida era muy dura, hubo una división del trabajo: las mujeres cuidaban a los demás y los hombres aprendieron a morir y matar, a enfrentarse a correr riesgos. Esto es tan difícil que para que los hombres lo asumieran se les daba un premio: tenían más poder, mandaban sobre las mujeres, los recursos eran suyos... Esto ha sido un elemento fundamental en la construcción de la masculinidad y lo sigue siendo. A los niños en la escuela se les sigue diciendo: "un niño no llora". Al niño que es demasiado suave, demasiado tierno o que no se enfrenta al resto... se le ve mal. Es decir, a los niños les impulsamos a que peleen y es casi el elemento central de la masculinidad. Tiene que ser el número uno, el más fuerte, el más guapo, si no las chicas no le querrán. Este es un elemento tan marcado, tan exigente de la sociedad con los hombres, que ellos siguen aceptando la necesidad de ser violento, sobre todo, de asumir riesgos. Pero en nuestra sociedad actual esto ya no tiene mucho sentido y, sin embargo, seguimos educando a nuestros hijos como si esto fuera una necesidad. Y entonces, ¿qué pasa? Que esta necesidad se desvía. En una de mis investigaciones me di cuenta de que todos los grupos dominantes, y los hombres lo son, viven más que los grupos dominados porque viven mejor. Entonces, ¿por qué los hombres viven menos? Comencé a mirar las estadísticas, los hombres mueren más que las mujeres desde que nacen (a partir de los 75 años mueren más mujeres porque no hay tantos hombres). El periodo en el que hay más diferencia es entre 15 y 30 años, y especialmente, entre 20 y 25. En esta edad por cada mujer que muere fallecen entre 3 y 4 hombres, y no mueren de enfermedad. Fallecen por asumir riesgos: accidentes, drogas, peleas, homicidios, suicidios o deportes de riesgo. Es una edad en la que tienen mayor necesidad de demostrar que se comen el mundo.
Es válida cualquier educación, mixta o diferenciada?
Con respecto a cómo se trabaja, en las escuelas tenemos toda una serie de estrategias que son lo que llamamos coeducación, para conseguir que los niños se vayan soltando y no se sientan presionados a ser duros. Porque esta dureza se vuelve contra la propia sociedad, no es útil. Hacer retroceder la violencia en la sociedad pasa por poner en marcha otra forma de educación, la coeducación. ¿Qué significa? Por supuesto educar en escuelas mixtas. El disparate de volver a escuelas separadas no hay que hacerlo de ninguna manera. Volver a atrás sería un desastre para las mujeres y también para los hombres. Todas estas teorías de que separados aprenden mejor son falsas. Estos centros son de súper élite donde van las familias que son buenísmas, con un dineral... pero así cualquiera. En el pasado tuvimos en España escuelas separadas y, ¿qué es lo que dieron?: muchísimo más analfabetismo a las mujeres y una mucha menor llegada a la universidad (son cifras, no me lo invento). El gran salto adelante de la mujer española se ha producido con la escuela mixta. Mira, yo he hecho estudios desde el Ayuntamiento de Barcelona viendo capacidad reales de niños y niñas que acuden a escuelas publicas, concertadas o privadas, y son muy parecidas. Pero en las concertadas y privadas las notas son mejores. ¿Por qué? Porque las suben.