Escrito en 1405, surge de la decepción de su autora, Cristina de Pisan, que no encuentra ejemplares en su biblioteca que hablen sobre las mujeres. Su decepción aumenta al descubrir que lo poco que se habla de ellas siempre esta asociado al vicio y a las malas costumbres.
Cuando empezaba a tomarse todos estos argumentos por ciertos; se le aparecen tres damas alegóricas: Razón, Rectitud y Justicia, que entablan un diálogo y le proponen a Cristina construir una ciudad donde pudiesen vivir las mujeres sabias, una ciudad que van construyendo a base de debates sobe creencias falsas y misóginas que se han construido en torno al género a lo largo de la historia. Estos argumentos, el reconocimiento y la defensa de sus derechos, son los “bloques” de construcción de la ciudad, en la que vivirán mujeres inteligentes y virtuosas.
El carácter misógino
La ciudad de las damas es uno de los primeros textos que reconocen y admiran las cualidades femeninas. Hace una lectura positiva de contribuciones a las artes y las ciencias, porque la creencia de la época era que una mujer inteligente no era necesariamente virtuosa. Además denuncia, de una forma directa y explícita, la violencia física, verbal y emocional...
