2009-10-12

«La escuela aún reproduce los roles de género tradicionales»-ANA AGUIRRE

FUENTE: EL COMERCIO DIGITAL

¿En qué consiste exactamente la coeducación?
-Es el siguiente paso a tomar tras la implantación de los colegios mixtos. Ahora mismo estamos educando a la vez a niños y niñas, en la misma clase, pero no nos damos cuenta de que lo hacemos en valores diferentes. La escuela aún reproduce los roles de género tradicionales.
-¿Cuáles son esos roles?
-A los chicos les enseñamos a ser competitivos, ambiciosos, luchadores... todas las características necesarias para triunfar en su vida profesional. Mientras que con las chicas se buscan que sean sensibles, dedicadas; se potencia el campo afectivo. Al final, todo deriva, en que las mujeres se quedan en casa y cuidan a los niños, y los hombres van a trabajar.
-Este es un paso que no se puede dar solo desde la escuela...
-Por supuesto, no es suficiente que la escuela haga cosas, este tema requiere la actuación de toda la sociedad, preferentemente los padres. Pero, los colegios tienen un ámbito de influencia enorme, y son la primera parada en el camino hacia una igualdad plena.
-¿Educación para la ciudadanía es el primer paso en la coeducación?
-Es una acción importante, aunque insuficiente. Ahora habrá una asignatura más específica, pero hay que educar en valores en todas las materias, en el patio, en casa. Tenemos que cambiar el modelo educacional por completo.
-¿Y cómo se consigue que profesores que llevan más de 30 años en la docencia cambien su forma de dar clase?
-Es difícil, y será un proceso largo y tortuoso, en donde la formación y los cursos de reciclaje tendrán un papel básico. Además no hay olvidar que los ritmos de cambio, dependen de las acciones políticas que se tomen. El tiempo por sí solo, no va a cambiar nada.

FUENTE: LNE
-¿En qué diría que se manifiestan más esas desigualdades en el ámbito escolar?

-Por ejemplo, en el currículo, o sea, en los contenidos que se estudian. La escuela prepara para la capacitación y la vida profesional, pero esto en sí mismo ya es una fuente de desigualdad porque sabemos que en la vida real el desarrollo profesional de mujeres y hombres no será de la misma forma. Entre otras cosas, porque en todo el trabajo doméstico y de cuidado aún no han entrado los hombres.
-¿Y además de eso?

-Hay otros ámbitos que no se están trabajando suficientemente, ni planificando para la intervención. Por ejemplo: la elección de estudios de chicos y chicas. Si analizamos a partir de la ESO las selecciones de optativas, de tipos de Bachillerato, de ramas de FP o de estudios universitarios, se ve claramente que está todo muy sesgado. Los chicos se decantan por todo lo que tiene que ver con ciencia y tecnología y las chicas por lo que tiene que ver con el cuidado, la educación, el trabajo social, la atención a las personas. Si realmente hubiera igualdad, la distribución en los estudios sería mucho más equilibrada.

-¿En la igualdad de sexos quién educa más, la familia o la escuela?

-La familia educa, la escuela luego, a continuación se suma el entorno... son procesos paralelos. Para mí, la diferencia fundamental es que la escuela tiene una responsabilidad porque es el único ámbito que está profesionalizado para la educación. Los docentes tienen que estar capacitados para promover otro tipo de valores, porque lo que no podemos garantizar es que la familia estén preparadas. A las familias no se les exige un título.

-¿Y los docentes están preparados para educar en igualdad?

-Igual que habría que revisar los currículos escolares también se debería revisar el currículo de la formación universitaria del profesorado. Éste es un reto que debe plantearse la Universidad.

-¿Es de las que piensa que hay que evitar que los niños ocupen los patios escolares jugando al fútbol?

-La organización de los centros es un ámbito muy importante de intervención. Eso implica que la regulación del uso de los espacios es fundamental. Porque los niños, por la socialización que han recibido, tienden más a la ocupación de los espacios, se apoderan, los dominan y ejercen el poder de forma inconsciente porque han sido socializados de esa forma. No podemos pensar que en el patio el juego es libre y ahí no debe intervenir el profesorado. De eso nada. El patio es un espacio educativo, hay que observar lo que pasa y si vemos que los usos son desiguales y se ejerce la dominación hay que regularlo. Hay centros que optan por quitar las porterías, canastas y zonas de juego deportivo del centro del patio para que sea un lugar de encuentro de niños y niñas, no sólo un campo de niños. Otros centros limitan los días para jugar al fútbol... Todas las ideas pueden ser buenas porque la tendencia mayoritaria de los niños es a ocupar el espacio y las niñas se retiran a la periferia. Ahí, en ese patio, las niñas también están aprendiendo a ceder los espacios.

«Hay que intervenir en la organización de los centros escolares; la regulación de espacios es fundamental»

«Vivimos un espejismo de la igualdad, y en la escuela esa imagen aún está más distorsionada»
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