2010-09-14

Astrónomas que hicieron historia. Podcasts


FUENTE: ASTRONOMIA2009 Podcasts de radio sobre Astrónomas que hicieron historia.
Por Eulalia Pérez Sedeño y emitidos en el programa ‘A Hombros de Gigantes’ en Radio5.

Wang Zhenyi (1768 - 1797)
Esta astrónoma china estudió los eclipses lunares investigando con modelos que construía en el jardín de su casa. A pesar de su corta vida, su producción fue intensa. Escribió doce libros sobre astronomía y matemáticas; entre ellos cabe mencionar “Algunas observaciones sobre las formas y figuras” dedicado a las posiciones estelares. Describió el cosmos y la relación de la Tierra en él. También recopiló datos sobre el tiempo atmosférico para prevenir y combatir las sequías e inundaciones que asolaban su región.
Consciente de que era una mujer privilegiada, pensaba que el conocimiento debía alcanzar a mujeres y hombres por igual.
En 1994 la Unión Astronómica Internacional le dio su nombre a un cráter de Venus.
Hipatia de Alejandría (Siglos IV -V)
Hipatia fue una astrónoma, matemática y filósofa que nació en el siglo IV en la ciudad egipcia de Alejandría. Aunque no nos ha llegado ninguna de sus obras, los historiadores de la ciencia afirman que escribió tratados sobre matemáticas (cónicas, geometría euclídea y aritmética diofantina) y Astronomía (tablas ptolemaicas y explicaciones del Almagesto de Ptolomeo). También mejoró y construyó instrumentos astronómicos como el astrolabio o el planisferio. Los comentaristas la describen como una maestra carismática que dejó una profunda huella en sus discípulos, algunos de ellos también importantes científicos de la época.
Su influjo fue inmenso, también en campos como la medicina y la filosofía.
Fue asesinada a manos de una horda enfurecida, por defender la racionalidad y el paganismo.
Williamina Paton Stevens Fleming (1857 - 1911)
Nacida en Escocia, ejerció allí como maestra hasta que se trasladó con su marido a EEUU. Al deshacerse su matrimonio y estar esperando un hijo, comenzó a trabajar como criada del director del Observatorio de Harvard, Edgard Pickering. Poco tiempo después, ya se encargaba de revisar cuidadosamente las placas fotográficas del cielo, algunas de muy mala calidad, obteniendo resultados tan excelentes como el descubrimiento de la nebulosa Cabeza de Caballo. Acabó siendo nombrada conservadora del archivo fotográfico, el primer cargo institucional de Harvard en manos de una mujer.
Emigró desde Escocia a Estados Unidos en 1878.
Descubrió 10 novas, 59 nebulosas gaseosas y más de 300 estrellas variables.
María Mitchell (1818 - 1889)
Está considerada la primera astrónoma académica de Estados Unidos y es una referencia para la ciencia de ese país. Fue la primera mujer en entrar a formar parte tanto de la Academia Americana de Artes y Ciencias (1848) como de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias (1850), y colaboró con el Observatorio Naval norteamericano, calculando tablas sobre la posición de Venus. Pese a su reputación, cuando comenzó a trabajar en el Vassar College, en 1865, cobraba una tercera parte que sus colegas varones, algo contra lo que peleó hasta que aumentaron su retribución.
Mitchell fundó la Asociación para el Avance de la Mujer.
Descubrió un cometa, el Mitchell, y un cráter en la Luna lleva su nombre.
Henrietta Swan Leavitt (1868 - 1921)
Miembro del grupo de rastreadoras de estrellas del Observatorio de Harvard, Leavitt descubrió la relación periodo-luminosidad, un método novedoso para la medida de la distancia de objetos astronómicos. Leavitt llegó a esta conclusión después de un metódico y detallado cómputo de las estrellas Cefeidas. En sólo un año, 1905, descubrió 843 nuevas estrellas variables en la Nube Menor de Magallanes (esta cifra se eleva hasta 2.400 si se contabiliza el total de su vida). Además, también halló cuatro novas. Su importancia científica sólo fue apreciada después de su muerte, en parte gracias al intento de nominarla para el Nobel en 1925, algo que resultó imposible puesto que este premio no se concede a título póstumo.
Su trabajo abrió el camino para conocer el tamaño de nuestra galaxia y la escala del Universo.
Pese a sus aportaciones a la Astronomía, cuando murió su puesto seguía siendo de "ayudante”.
Mary Adela Blagg (1858 - 1944)
Astrónoma amateur británica, se formó en matemáticas sin la ayuda de nadie cogiendo los libros de la escuela de su hermano. Gracias a su competencia en matemáticas, pudo dedicarse a la astronomía.
Investigó por sí misma al notar la importancia de la normalización de la nomenclatura lunar, y fue nombrada en 1920 miembro del Comité Lunar de la recién creada Unión Astronómica Internacional. También se ocupó de las estrellas variables, ayudando al astrónomo H. H. Turner a realizar las observaciones originales de las estrellas variables que otro astrónomo había efectuado y consignado en un manuscrito, publicando una serie de diez artículos cofirmados por ella y Turner, aunque éste reconoció que prácticamente Miss Blagg había llevado a cabo todo el trabajo de edición e identificación con gran paciencia y cuidado.
Dedujo nuevos elementos componentes de diversas estrellas y algunas variables de periodo largo y analizó las ondas luminosas obtenidas por las observaciones de otros astrónomos.
Fue elegida miembro de la Royal Astronomical Society en 1915.
A su muerte, en 1944, el Comité Lunar dio su nombre a un cráter de la Luna.
Caterina Scarpellini (1808 - 1873)
Experta en el Sistema Solar y en las Constelaciones, gracias a su excelente preparación técnica, se dedicaba a registrar datos observacionales y, además, a medir las variables físicas en el campo de la Meteorología y de la Astronomía.
Su marido fundó en 1847 un periódico, Corrispondenza Scientifica, que tenía dos suplementos, el Boletín Náutico y Geográfico, y el Boletín de las Observaciones Ozonométricas y Meteorológicas, siendo este último fundado y dirigido por la propia Caterina.
En 1854 descubrió un nuevo cometa, aunque después se conoce que había sido observado dos semanas antes.
En 1859 funda la Estación Ozonométrica Meteorológica de Roma donde registró cuidadosamente el tiempo y las condiciones ozonométricas de esta ciudad durante años.
En la década de 1860 publicó la edición del primer catálogo italiano sobre multitud de meteoros, sumamente importante, o las observaciones del paso de Mercurio observado en Roma, entre otros.
Sus trabajos eran muy apreciados por sus colegas. El Estado Italiano le concedió la medalla de oro en 1872. No obstante, nunca fue admitida en la Academia Pontificia dei Nuovi Lincei.
María Cunnitz (1610 - 1664)
Nació en la región de Silesia (Alemania). Hija de un médico a quien también le interesaba la Astronomía y la astrología, se educó con él y con diversos tutores, casándose posteriormente con uno de ellos.
Conocía perfectamente el hebreo, el griego, el latín, el alemán, el polaco, el italiano y el francés. Y además de sus intereses por la Astronomía, la Matemática, la Medicina y la Historia, era muy versada en pintura, música y poesía.
Durante su años como estudiante conoció y estudió las Tablas Rodolfinas, publicadas por Johannes Kepler en 1627 y que recogían las posiciones exactas de todos los planetas. María comparó las posiciones que daba Kepler con sus propias observaciones y las de su marido, y halló discrepancias. Además, los métodos que Kepler había utilizado para efectuar sus cálculos le parecían muy complejos, por lo que decidió hacerlos de nuevo de una manera más simple, omitiendo los nuevos logaritmos utilizados por Kepler.
Escribió un compendio en alemán y latín dirigido tanto a astrónomos eruditos como a legos en la materia. En su obra, que se publicó en 1650 con un título muy largo, por lo que la llamaremos Urania Propicia, María intentaba dar a conocer entre otras cosas, las ahora famosas leyes de Kepler, en especial la segunda ley. Esta obra no era una mera traducción con correcciones y simplificaciones de la de Kepler, sino que, además de detectar y corregir errores del original, hizo nuevas y numerosas aportaciones propias.
Tuvo que luchar para que se le reconociera su trabajo. Hoy en día su reconocimiento es total, y la Unión Astronómica Internacional le dió su nombre, María Cunnitz, a un cráter de Venus.
Louise Elisabeth Félicité Pourra de la Madeleine du Pierry (1746 - 1799?)
Fué una astrónoma francesa de la que se desconoce con exactitud la fecha de su fallecimiento, pero algunas fuentes dicen que murió joven. Sin embargo, tuvo tiempo de desarrollar una buena actividad en Astronomía.
Madame du Pierry reunió registros históricos de eclipses lunares de más de cien años y computó la mayor parte de los eclipses lunares que Joseph Jérôme Lalande utilizó para estudiar el movimiento lunar. También realizó un montón de observaciones y computaciones de datos para realizar tablas de la longitud del día y de la noche, y tablas de refracción en declinación y ascensión recta para la latitud de París.
En su Astronomía de Damas (1790), Lalande nos informa de que Madame du Pierry fue la primera mujer profesora de Astronomía en París.
Sofía Brahe (1556 - 1643)
Astrónoma danesa de familia noble, hermana de Tycho Brahe y 10 años menor que él, éste le enseñó química, horticultura y medicina. Sin embargo aprendió por sí sola astronomía, estudiando libros en alemán y pagando con su propio dinero traducciones del latín para así poderlos estudiar.
A los hermanos no sólo les unía el interés por la Ciencia, sino el hecho de que sus padres, como mucha gente de la época, consideraban que la Ciencia no era una actividad digna de nobles. Pero eso no disuadió a Sofía, y comenzó a ayudar a su hermano en sus cálculos y observaciones con apenas 16 años, ayudándole en el trabajo que se convirtió en la base para predecir las órbitas de los planetas entonces conocidos. También le ayudó en las observaciones que le llevaron al cómputo del eclipse lunar de 1573.
Durante su primer matrimonio y su posterior época de viudedad, se dedicó a la horticultura, la química y la medicina. Y, mientras, también ayudaba a su hermano a hacer horóscopos, una práctica muy común entre los astrónomos de la época.
Se casó en segundas nupcias en 1602 con un noble estudioso de la Alquimia, viviendo con él durante años en extrema pobreza. En una carta a su hermana Margaret, Sofía expresa su disgusto para con su familia por no aprobar su dedicación a la Ciencia.
Annie Jump Cannon (1863 - 1941)
Nació en Dover, Delaware, EE.UU. Durante varios años viajó por Europa aficionándose a la fotografía y a la música. En 1894 volvió a Wellesley, donde se había graduado 10 años antes, para seguir un curso avanzado de Astronomía durante un año, y en 1895 se matriculó en Radcliffe para continuar los estudios impartidos por el profesor y director del Observatorio de Harvard, Edward Pickering, quien la emplearía en 1896 para catalogar las estrellas variables.
Su trabajo también consistía en clasificar los espectros de estrellas observadas desde la estación que el Observatorio de Harvard tenía en Arequipa, Perú, construída, por cierto, gracias a una generosa donación de una mujer, Catherine Bruce.
Allí, junto a Williamina Flemming, Annie Cannon dedicó sus esfuerzos al ambicioso proyecto de Pickering empezado en 1885 de registro, clasificado y catalogado de los espectros de todas las estrellas hasta la novena magnitud. El esquema de clasificación espectral por la temperatura superficial usado en el proyecto, y más tarde convertido en universal, fue en gran parte el trabajo que ella desarrolló a partir de sistemas anteriores, determinando y clasificando los espectros para más de 225.000 estrellas. Su trabajo fue publicado en nueve volúmenes con el nombre de Catálogo Henry Draper.
En 1911 sucedió a Williamina Fleming como responsable del archivo fotográfico del Observatorio de Harvard, y en 1938 fue nombrada Catedrática de Astronomía. A partir de 1924 extendió su trabajo, catalogando decenas de miles de estrellas adicionales hasta la magnitud 11 para la ampliación del Catálogo Henry Draperde dos volúmenes. En el curso de su trabajo, también descubrió unas 300 estrellas variables y 5 novas.
Entre los numerosos honores recibidos fue nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Oxford en 1925, el primero de esta Universidad concedido a una mujer. En 1923 fue elegida una de las doce mujeres americanas vivas más importantes. En 1931 le fue concedida la medalla Henry Draper de la Academia Nacional de Ciencias. En 1933, Annie estableció el Annie J. Cannon Prize de la Sociedad Astronómica Americana. Se jubiló oficialmente del Observatorio en 1940, pero continuó sus investigaciones hasta su muerte en Cambridge, Massachusetts, el 13 de abril de 1941.
Antonia Maury (1866 - 1952)
Astrónoma nacida en Nueva York, EE.UU., en el seno de una familia con hondas raíces científicas, se graduó en Vassar en 1887, y dos años más tarde entró a trabajar en el Observatorio de Harvard como ayudante de su director, Edward Pickering, y aquel mismo año descubriría que la estrella Beta Aurigae era una binaria espectroscópica, la segunda conocida.
Maury también determinó el periodo de Mitzar, famosa estrella de la Osa Mayor, fácilmente localizable en el cielo.
Antonia Maury era de carácter independiente, tenía una descuidada forma de ser y vestir, y no le gustaba trabajar con las demás mujeres del Observatorio. Contrariamente a lo que podría pensarse, el ser sobrina de Draper no le favoreció. Y aunque también poseía una insaciable curiosidad científica, desde el principio tuvo problemas con Pickering por la forma de enfocar el trabajo.
Antonia Maury se ocupaba de clasificar espectros estelares. Creó 22 grupos distintos con letras romanas y estableció subdivisiones en cada uno con letras minúsculas para describir la apariencia física de determinadas líneas espectrales: anchas, estrechas, borrosas o definidas. Pickering argumentaba que ésto eran sutilezas sin importancia y que podían depender de las condiciones de observación a la hora de obtener los espectros, y que lo único que conseguía Antonia Maury era entorpecer y retrasar el trabajo. Dadas las circunstancias, Antonia Maury abandonó Harvard en 1896 y un año después se publicaron sus resultados.
En 1905 el astrónomo danés Ejnar Hertzsprung se dió cuenta de que las subdivisiones espectrales introducidas por Maury eran importantes, y podían producir resultados muy significativos. El sistema de Maury de clasificación espectral fue aceptado por Hertzsprung y se convirtió más adelante en la base del diagrama de Hertzsprung-Russell, que es la piedra angular de la astrofísica estelar moderna. Maury había encontrado la forma de conocer diversas características de las estrellas y diferenciar las supergigantes.
En 1943 la Sociedad Astronómica Americana le concedió el premio Annie J. Cannon por desarrollar el sistema de clasificación estelar que Pickering había rechazado.
Teresa y Magdalena Manfredi (1679 - 1767 // 1673 - 1744)
Aunque no se conserva ninguna obra de las hermanas Manfredi, fueron unas de las más importantes contribuyentes en los estudios astronómicos de Bolonia.
El nivel de la astronomía que hacían era muy alto y sus observaciones se realizaron con diversos instrumentos construídos en la propia casa, por ejemplo un catalejo de 5 metros y un sextante de mira telescópica. Desarrollaron además cálculos largos y tediosos con tal lujo de detalle que fueron accesibles a los no especialistas.
Y, sin embargo, no recibieron una educación superior, a diferencia de sus hermanos que estudiaron en el Ateneo. Magdalena y Teresa recibieron una educación elemental muy tradicional en un convento, pero se familiarizaron con la astronomía, las matemáticas y el latín en su propio hogar y con los amigos.
Ayudaron a sus hermanos en sus tareas científicas y en la producción de obra literaria para la alta burguesía boloñesa.
Con el pasar de los años, las hermanas adquirieron cierto renombre como astrónomas y como traductoras, aunque no solían firmar sus trabajos.
Elena Cornaro Piscopia (1646 - 1684 )
Nacida en Venecia, tuvo una educación esmerada en su propia casa. Su padre hizo que ella estudiara latín, griego, hebreo, francés y español. Además, Elena era muy versada en matemáticas y astronomía, y conocía perfectamente la nueva ciencia galileana.
Se dedicó a la filosofía, que incluía la mayoría de lo que hoy consideramos ciencias naturales, incluída la física.
Elena consideraba que había que observar directamente los fenómenos para interpretar la naturaleza.
En el año 1678 recibió el doctorado en la Universidad de Padua. El de Elena fue el primer doctorado dado en esta Universidad y, seguramente, también el primero en toda Italia.
Aunque no nos ha quedado ninguna de sus obras, Elena gozó de gran fama como investigadora y como docente, y eran muchas las personas que le rendían homenaje e iban a escucharla, incluídos otros académicos.
De salud frágil, Elena murió a los 38 años. A su muerte se le rindieron un montón de honores. Ella llevaba el traje de doctora académica y dos coronas en la cabeza.
Elizabeth Brown (¿? - 1899)
Nació en Inglaterra, aunque no se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento. Publicó diversos trabajos sobre fenómenos solares, incluyendo la descripción de los eclipses totales de 1887, 1889 y 1896.
En 1882, cuando se creó la Sociedad Astronómica de Liverpool, que admitía en su seno mujeres, se unió a dicha organización, donde fue nombrada jefe de la sección solar. Allí realizó observaciones de las manchas solares, y participó en expediciones para observar los eclipses solares en Rusia y en la Indias Occidentales. Publicó dos libros sobre los viajes, aunque de forma anónima: uno titulado Caught in the Tropics (Atrapada en los Trópicos) en 1890 y otro In Pursuit of a Shadow (Persiguiendo una sombra), en 1887.
Cuando desapareció la Sociedad astronómica de Liverpool, Brown se unió a la Asociación Astronómica Británica que aceptaba astrónomos amateurs y mujeres. De 1890 a 1899 fue jefe de la sección solar en esta asociación.
Era conocida por su entusiasmo y por sus habilidades como dibujante, una pericia muy importante en una época en que el uso de la fotografía con fines científicos era incipiente. También era célebre su pasión para animar a quienes comenzaban y en especial a las mujeres. Estaba convencida de que era muy importante recoger de una forma metódica los datos, por lo que ella aconsejaba a los observadores potenciales que no esperan encontrar grandes descubrimientos y se prepararan para largos períodos en los que no habría nada que registrar, sino tan sólo perseverar.
Marie Claire Eimmart (1676-1707)
Nació en Alemania. Su padre, que había construido un observatorio en la muralla de Nuremberg y fue astrónomo y director de la academia de artes de Nuremberg de 1699 a 1704, le enseñó astronomía, matemáticas, francés, latín, así como grabado y pintura.
Gracias a la gran capacidad y habilidad que tenía para dibujar, realizó numerosos dibujos exactos del Sol y de la Luna. En concreto, entre 1693 y 1698 hizo una serie continua de unos 250 dibujos de las fases de la Luna, que sirvieron de base para un nuevo mapa lunar. También hizo 2 dibujos del eclipse solar total de 1706.
Se le atribuye un libro publicado en 1701 con el nombre de su padre pero, aunque no es seguro que lo escribiera ella, lo que sí se sabe con absoluta seguridad es que realizó los dibujos de ese libro.
Cuando murió su padre, la ciudad de Nuremberg compró el observatorio y contrató a Johannes Mueller como director, y Marie Claire se casó con él para así poder continuar con su profesión y seguir observando e investigando los cielos.
Desafortunadamente su carrera se vió truncada repentinamente cuando murió de parto en 1707. Muchos de sus dibujos y grabados desaparecieron, pero todavía se conservan algunos en el Observatorio italiano de Bolonia.
Mary Orr Evershed (1867-1949)
Nació y murió en Inglaterra. Apenas recibió educación formal, sino que se educó en casa. Sin embargo, viajó bastante por Alemania, Italia y Australia, lo que le hizo interesarse por diversas materias, incluyendo la astronomía.
De 1890 a 1895 vivió en Australia con su madre y sus tres hermanas. Al regresar a Inglaterra se unió a la Sociedad Astronómica Británica. Gracias a su experiencia australiana publicó, en 1896 un libro tituladoSuthern Stars: A Guide to the Constellations Visible in the Southern Hemisphere.
Mary se casó en 1900 con el astrónomo John Evershed, y la pareja se marchó a vivir a la India, donde su marido había sido nombrado director adjunto del observatorio de Kodaikanal, pasando a ser su director en 1911. La colaboración de ambos cónyuges produjo estupendos resultados.
Sola publicó en 1913 un importante artículo sobre las prominencias solares en el que concluía: "No puede haber ninguna duda de que, aparte de la gravedad y una fuerza eruptiva, hay otras fuerzas que operan en la superficie del Sol". Ella observó que también contribuyen las fuerzas eléctricas que actúan sobre gases ionizados y la fuerza magnética que existe en la vecindad de las manchas solares.
En 1924 fue elegida miembro de la Royal Astronomical Society, perteneciendo a su comité bibliotecario durante muchos años.
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