Con actitud rebelde y sin pelos en la lengua Coral Herrera
se ha propuesto cambiar el mundo, arremete contra lo más sagrado y
reverenciado en nuestra sociedad : el amor romántico y toda la
estructura montada a su alrededor, quiere aniquilar estereotipos
creados por una cultura patriarcal milenaria, abrir barreras y luchar
por la igualdad y los derechos humanos en todos los ámbitos. Feminista
convencida y defensora de la Teoría Queer. Doctora en Humanidades y Comunicación, especialista en Teoría de Género y Teoría de la Comunicación Audiovisual, escritora y bloguera, entre otras cosas que componen un curriculum brillante.
Ha publicado “La construcción sociocultural del Amor Romántico” (Editorial Fundamentos, Madrid, Febrero 2011) y “Más allá de las etiquetas. Feminismos, masculinidades y queer”
(Editorial Txalaparta, Pamplona, Febrero 2011), además de infinidad de
artículos en diferentes medio y países. También, y a partir de ahora,
podremos disfrutar en nuestra revista de sus colaboraciones.
1- Te has especializado en las relaciones humanas,
concretamente en las de pareja ¿crees que el amor romántico perjudica
seriamente a las mujeres?
Nuestra cultura amorosa patriarcal está construida bajo la lógica del
pensamiento binario que divide la realidad en dos grupos opuestos: la
noche vs el día, lo malo vs lo bueno, lo masculino vs lo femenino, la
luz vs la oscuridad. No sólo existe una división, sino una
jerarquización: un grupo siempre es superior a otro. A los humanos se
nos educa bajo la premisa de que hombres y mujeres somos completamente
diferentes, y que por tanto nos complementamos.
De este modo construimos relaciones de dependencia mutua basadas en
la lógica hegeliana del amo/esclavo: un grupo domina, el otro se somete.
Lo interesante es que el poder es siempre bidireccional, pero estamos
desde hace siglos distraídos con la eterna “batalla de sexos”. En lugar
de entender el amor como algo diverso, lo encajonamos en patrones
heterosexuales y monogámicos: el modelo de pareja siempre es joven y en
edad reproductiva.
Las mujeres hemos sido, y seguimos siendo, las mayores víctimas de la
seducción que ejerce sobre la gente la mitificación del amor romántico.
Empleamos muchos recursos, tiempo y energía en encontrar al amor de
nuestras vidas, y aunque algunas han alcanzado la independencia
económica y la plena autonomía, muchas siguen dependiendo emocionalmente
de la figura de un hombre, siempre engrandecida por nuestra cultura.
Lo más terrible de esta mitificación es que nos vende la idea de que
por muy pobres que seamos, por muy dura que sea la vida que llevamos
(como Cenicienta o Blancanieves), nos merecemos la llegada a nuestras
vidas de un príncipe azul que nos quite de trabajar y nos haga felices
para siempre. El amor romántico es la salvación; y somos muchos los
adeptos a estas utopías posmodernas que nos prometen la paz eterna.
2-Algunos piensan que el feminismo es un movimiento ya
superado, que tuvo su momento, pero que se ha quedado obsoleto dentro
del mundo occidental ¿piensas que la mujer no ha encontrado aún su sitio
en la sociedad?
Podríamos decir que el feminismo ya no sirve si no estuviesen
muriendo cada minuto en el planeta miles de mujeres. A diario las
mujeres son lapidadas, mutiladas genitalmente, golpeadas por su
compañero, secuestradas y esclavizadas sexualmente. Las niñas asiáticas,
latinas, africanas, europeas, son violadas por familiares o conocidos a
edad temprana, preñadas en la adolescencia, explotadas laboralmente en
maquilas o fábricas textiles. A las adultas las encarcelan por conducir
en Arabia Saudí, las apedrean hasta la muerte en Afganistán, las
encarcelan por abortar en Nicaragua, las violan en la frontera entre
México y Estados Unidos, las desaparecen cuando luchan por sus derechos
humanos.
Si no existiera tal violencia hacia las mujeres, si todas gozásemos
de libertad de movimientos y tuviésemos garantizados nuestros derechos
básicos, podríamos decir que el feminismo está obsoleto, que no sirve de
nada.
Pero la realidad es que el feminismo está más vivo que nunca, sobre
todo gracias a las redes sociales y a las luchas de millones de mujeres y
hombres. El feminismo blanco de clase media está enriqueciéndose
gracias al contacto que Internet permite con millones de colectivos en
todo el mundo. Ahí están las luchas de las feministas islámicas, las
mujeres indígenas, las mujeres afrodescendientes y negras, las
trabajadoras del sexo, las activistas lesbianas, las mujeres y hombres
transexuales, los hombres igualitarios, los hombres gay y bisexuales…
todos tenemos el mismo objetivo común, que es derribar el patriarcado,
la desigualdad, las jerarquías, las dependencias, creando redes de
información y de apoyo.
Queda mucho camino por recorrer… la gran mayoría de las personas
analfabetas, desnutridas, refugiadas, desplazadas, migrantes de este
planeta son mujeres. Es fundamental seguir luchando unidos contra la
desigualdad y la violencia.
3 -Vivimos en un mundo materialista en el que nos
obsesionamos con poseer más y más cosas, eso parece que se traslada
incluso a las relaciones personales ¿es el amor siempre posesivo o es
que no sabemos apreciar nada de lo que no nos sintamos dueños?
Pues sí, vivimos en un mundo muy consumista, y si, la gente consume
cuerpos, y cree poseer almas. Las canciones de amor siempre resaltan la
posesión, la idea de que yo soy tuya y tú eres mío, y para siempre. Por
eso nos frustra tanto el amor, por eso nos genera tanto dolor.
Sufriríamos menos si las relaciones se basasen en la libertad de
elegir, pero las construimos en base a la necesidad. Necesidad de tener a
alguien, necesidad de “pertenecer a alguien”.
En realidad los humanos somos seres esencialmente libres.
Nos encadenamos a otros por tener una sensación de seguridad y
estabilidad, pero la vida siempre nos zarandea y nos pone a nueva gente
en el camino. Unos se van, otros se quedan un tiempo; nos enamoramos y
nos desenamoramos, nos acostumbramos y nos desesperamos… la vida es
movimiento, pese a los anclajes a los que nos aferramos para parar el
miedo al futuro...
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